miércoles, 5 de diciembre de 2012

Vicedirectora Viviana Martuccio




Hojas de mi árbol

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,  mas otras apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas  clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote del brote es nuestro amigo papá, y nuestra amiga mamá, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Más el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.  Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz. Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca. Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja  y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos  maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo hoja de mi árbol, paz, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre…
Simplemente porque cada persona que pasa por nuestras vidas es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestras vidas y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

Jorge Luis Borges

 Con este texto de Borges quise simbolizar lo importante que somos  cada uno de nosotros en esta grata  tarea educativa. Creo que somos hojas de un árbol que crece día a día, con esfuerzo y dedicación y que en conjunto y trabajando en forma cooperativa podremos alcanzar grandes logros. El conocimiento organizativo de la escuela no está sólo en sus materias sino también en su sistema de vínculos, en las relaciones personales que se establecen dentro de la institución.
Y así como las hojas del árbol se caen en otoño, para volver a crecer en primavera,  creo que las prácticas  educativas deben renovarse constantemente para lograr que en ese camino recorrido se pueda llegar a los objetivos planteados, manteniendo una ética procesual.
Y hoy… más que nunca, se nos presentan grandes desafíos, entre otros la incorporación  de la tecnología en las aulas. Si bien los desafíos no son menores, las oportunidades de innovación se ven facilitadas con recursos y herramientas diseñadas para la educación,
Gracias al aporte que cada uno de nosotros hacemos desde nuestro lugar podremos seguir creciendo y mejorando, que las ideas se transformen en actos, que la planificación mute en acciones eficaces y que se creen las condiciones para el mejor desarrollo colectivo institucional. La innovación no se emprende nunca desde el aislamiento y la soledad sino desde el intercambio y la cooperación permanente como fuente de enriquecimiento.
En este camino de la Educación nos debemos a un compromiso más profundo con los resultados que sepamos conseguir, debemos ir más allá de los diagnósticos que definen  la dificultad. Es el partido que nos ha tocado jugar y en ese partido habrá que desplegar la mejor estrategia.
Sigamos trabando juntos para seguir construyendo.

Me despido con esta frase para reflexionar juntos…

Soñar todo lo que desees soñar.
Esa es la belleza de la mente.
Hacer lo que desees hacer.
Esa es la belleza de la voluntad humana.
Probar tus límites con confianza.
Ese es el coraje de alcanzar la  meta.

Bernard Edmond

Viviana M. Martuccio
      Vicedirectora
      Nivel Primario
     Jornada Simple.

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